Aniversario Necio

lunes, 8 de septiembre de 2008

Una ciudad nocturna



(Foto: http://www.losviajeros.net/)

Se embriagaba con el humo de ese peta fumado a caladas discontinuas. Se sentía frágil. Capaz de ser llevado por el viento. El epicentro de la consumación de los deseos de los demás.

Tenía demasiadas cosas en la cabeza. En una cabeza, ahora, flotante. Viajera. Contraria al compromiso. Sin concentración. Sólo tatareando aquella canción del grupo con el que soñó cantar.

Soñaba despierto. Siempre soñaba despierto. Con aquella guitarra. Con aquel concierto. Con aquel tema con nombre de mujer. Con ese contrato discográfico. Con esa melodía popular. Con ella.

Soñaba continuamente con ella. Con aquel momento. Con ese parque en el que la dijo “te quiero” por primera vez. Antes de que las fronteras les separaran. Antes, si quiera, de que ocurriera.

Se embriagaba con el humo de aquel peta fumado a caladas discontinuas. Se sentía frágil. Capaz de ser llevado por el viento, mientras observaba con pasión las luces de una ciudad nocturna. Con el aire de invierno refrescándole en la cara cuando la acariciaba con gestos estudiados y sentimientos esenciales.

Ella tenía miedo. Se acurrucaba en sus brazos. Y desaparecía por momentos. Pero se giraba y ahí estaba. Con los ojos mirando fijamente su escritura. Con esa cara de tristeza. Con esos recuerdos deformados por el humo de aquel peta fumado a caladas discontinuas.

Kip.

PD: De Kip: "Capaz de ser llevado por el viento".

4 comentarios:

Secciones

Archivo del blog