(Foto: http://www.maisonleonprovancher.com/)
Os dejo la contestación de Álvaro a Kip en El reto.
Cupido, el vino y la Celestina
Me pongo a mirar fotos donde ella evidentemente eclipsa a todo lo demás en busca de inspiración. No entiendo porque necesito hacerlo si jamás podré olvidarla. Ella producía encandilamiento. Esa cara angelical que a cualquiera invitaría al narcisismo. Sus ojos oscuros de kilométricas pestañas. Su larga melena morena. La sonrisa perfectamente dibujada que presta al derretimiento del imperturbable. Y yo, que soy más bien facilón, me derretí con el primer beso en la mejilla. Más bien no, facilón a secas.
Creo que ya en ese instante me enamoré de ella. Casi seguro, de hecho. Todo lo que vino -bastante vino por cierto- después sólo sirvió para reafirmarme. Me hubiera enrollado con 30 tías esa misma noche pero con ella me hubiera ido al altar de la iglesia más cercana. O a África si es que ella prefiere el matrimonio por el rito zulú. Lo que sea con tal de abrazarla, tumbados sobre un sofá de piel, a la luz de una buena lumbre en una maison de la Bretaña francesa. Un jardinero impediría que sus manos pudieran verse lastimadas. Mi empleo y única afición sería ser feliz a su lado. La envidia suprema corroería a sus antiguos pretendientes.
La seducción no es más que un modo de publicidad y marketing. Y en esto también era sublime, además de especial. En la materia prima y en el arte en sí. No me malinterpretes. No pienses en clientes ni en productos en el sentido más material y despectivo. Algunas lo merecen pero no es su caso. No puede ni podrá serlo nunca.
Manejaba la seducción de forma sencilla: sonreía a todos por igual o quizá a mí menos que a algún otro. Su ligerísimo acento a la hora de hablar el castellano del noroeste la hacía mucho más sensual y conocer su país de procedencia incrementaba el mito. Daba igual lo que dijera. La forma se imponía al fondo. No podía pensar en otra cosa. Hubiera hecho e ido donde me dijese. Estaba coladísimo. Y hay cosas que no cambian.
Si nuestra protagonista no tuviera tablas, también hubiera despertado tu fuego. Te lo aseguro. Ya seas facilón, receptivo, duro o imperturbable. Hay incluso gente que lucha por ella sólo por referencias y que ha hecho de su figura una musa puntual. Bueno, y viendo fotos. Fotos que vuelven a alimentar mi amor ahora que estoy a miles de kilómetros. Ahora que he visto su piercing en el ombligo y su bikini rojo en una playa del Atlántico.
Como habrás fácilmente comprendido, no conseguí nada. El vino, que fue mi Cupido, no pudo ser nuestra Celestina después. Lástima. Solo hubo tonteo, miradas, sonrisas y unos inocentes besos concedidos por un par de malos piropos. Dicen de ella que es muy exigente. Puede permitírselo. Aun así estuvo bien. Esto está bien. Me ha encantado escribir sobre ella. Es perfecta.
La quiero, da igual con quién esté.
PD: Del relato de Álvaro: "Estaba coladísimo. Y hay cosas que no cambian".
Os dejo la contestación de Álvaro a Kip en El reto.
Cupido, el vino y la Celestina
Me pongo a mirar fotos donde ella evidentemente eclipsa a todo lo demás en busca de inspiración. No entiendo porque necesito hacerlo si jamás podré olvidarla. Ella producía encandilamiento. Esa cara angelical que a cualquiera invitaría al narcisismo. Sus ojos oscuros de kilométricas pestañas. Su larga melena morena. La sonrisa perfectamente dibujada que presta al derretimiento del imperturbable. Y yo, que soy más bien facilón, me derretí con el primer beso en la mejilla. Más bien no, facilón a secas.
Creo que ya en ese instante me enamoré de ella. Casi seguro, de hecho. Todo lo que vino -bastante vino por cierto- después sólo sirvió para reafirmarme. Me hubiera enrollado con 30 tías esa misma noche pero con ella me hubiera ido al altar de la iglesia más cercana. O a África si es que ella prefiere el matrimonio por el rito zulú. Lo que sea con tal de abrazarla, tumbados sobre un sofá de piel, a la luz de una buena lumbre en una maison de la Bretaña francesa. Un jardinero impediría que sus manos pudieran verse lastimadas. Mi empleo y única afición sería ser feliz a su lado. La envidia suprema corroería a sus antiguos pretendientes.
La seducción no es más que un modo de publicidad y marketing. Y en esto también era sublime, además de especial. En la materia prima y en el arte en sí. No me malinterpretes. No pienses en clientes ni en productos en el sentido más material y despectivo. Algunas lo merecen pero no es su caso. No puede ni podrá serlo nunca.
Manejaba la seducción de forma sencilla: sonreía a todos por igual o quizá a mí menos que a algún otro. Su ligerísimo acento a la hora de hablar el castellano del noroeste la hacía mucho más sensual y conocer su país de procedencia incrementaba el mito. Daba igual lo que dijera. La forma se imponía al fondo. No podía pensar en otra cosa. Hubiera hecho e ido donde me dijese. Estaba coladísimo. Y hay cosas que no cambian.
Si nuestra protagonista no tuviera tablas, también hubiera despertado tu fuego. Te lo aseguro. Ya seas facilón, receptivo, duro o imperturbable. Hay incluso gente que lucha por ella sólo por referencias y que ha hecho de su figura una musa puntual. Bueno, y viendo fotos. Fotos que vuelven a alimentar mi amor ahora que estoy a miles de kilómetros. Ahora que he visto su piercing en el ombligo y su bikini rojo en una playa del Atlántico.
Como habrás fácilmente comprendido, no conseguí nada. El vino, que fue mi Cupido, no pudo ser nuestra Celestina después. Lástima. Solo hubo tonteo, miradas, sonrisas y unos inocentes besos concedidos por un par de malos piropos. Dicen de ella que es muy exigente. Puede permitírselo. Aun así estuvo bien. Esto está bien. Me ha encantado escribir sobre ella. Es perfecta.
La quiero, da igual con quién esté.
PD: Del relato de Álvaro: "Estaba coladísimo. Y hay cosas que no cambian".
Enhorabuena, Alvarín, como te dije, y era de esperar, has vencido a Kip en El reto... PD: Me dejas subir el link de este relato a tu tablón de comentarios del tuenti???
ResponderEliminarNo sé si es cierto. He partido con ventaja sobre Kip, más tiempo y con un conocimiento del terreno mucho más grande. En igualdad de condiciones...
ResponderEliminarÁlvaro, has ganado claramente... Hablaré con Kip para ver que opina, pero yo creo que has ganado con claridad y no creo que Kip se vaya a enfadar por haber perdido el reto...
ResponderEliminarPor lo que transmite Kip en sus relatos, creo que no lo hará. No obstante, darle también las gracias por haber querido escribir sobre esto.
ResponderEliminarLa verdad es que esto de los retos mola... Yo me voy a apuntar también a alguno...
ResponderEliminarDeejay Gili sin duda debería participar en alguno...
ResponderEliminarTampoco creas que me apasionan esta clase de retos... Soy más de retos personales...
ResponderEliminarO correr la San Silvestre...
ResponderEliminarAlguno de mis retos personales los termina venciendo la pereza. Casi siempre he necesitado motivación. ¿Te refieres a esa clase de retos y no a los no-virtuales no? Joder, cuanto no junto
ResponderEliminarAl correr la fatiga es normal Torni, como diría Violadores. Vaya cancioncita que se marcaron para la San Silvestre pasada...oír hablar a Hate de esfuerzo me produce risa.
ResponderEliminarAl final, terminaremos todos con Torni corriendo la San Silvestre...
ResponderEliminarYo ya tuve mi año de gloria en la San Silvestre en 2002. ahora prefiero cenar como un cosaco y emborracharme despues...hay cosas que sí cambian
ResponderEliminarÁlvaro, como Torni y yo nos pongamos, te aseguro que tú corres la San Silvestre con nosotros quieras o no... jajaja...
ResponderEliminarTendreis que venir a Villa y traerme a rastras u ofrecerme algo irresistible para que la corra. Otro día sería más factible pero el 31 de diciembre...
ResponderEliminarPues lo haremos... jajaja...
ResponderEliminar... y corriendo!!!
ResponderEliminarPodemos hacer primero una San Silvestre hasta Villa y después participar en la vallecana...
ResponderEliminarJoder,si llegáis hasta mi pueblo corriendo,os prometo que corro la San Silvestre a la pata coja.
ResponderEliminarEs un reto???... jajaja...
ResponderEliminarSería un reto muy personal eh jajaj
ResponderEliminarPersonal e infrahumano...
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