La espera

- ¿Sólo tienes que recordar dos cosas en toda tu vida?
- ¿Cuáles?
- Tu nombre y el del bar del aeropuerto.

Sus arrugas eran imperfectas y su tono de voz parecía un gruñido sacado de la Biblia. Fumaba compulsivamente esos cigarros sin filtro y ojeaba una revista de armas de la Segunda Guerra Mundial. Daba consejos sin la mínima pretensión de darlos y miraba a la camarera al tiempo que la yema del huevo frito se quedaba en su canosa barba.

- Y a veces pienso que recordar tu nombre tampoco es que sea necesario.
- ¿Sólo el del bar del aeropuerto?
- Sí. Quizá también la dirección de un comedor social donde ponen esas sopas llenas de rábanos y judías.

Engullía como si fuera su última comida. En grandes dosis, sin masticar. Sin respirar el sabor de los alimentos. No tenía tiempo. Su era ya había pasado. Ya sólo le quedaba la muerte. Era la única misión que le faltaba en este mundo.

PD: Una generación que desea que sea Johnny Depp el que se case con Keira Knightley en Piratas del Caribe.