Nunca podré ser escritor. No tengo el talento innato, ni la dedicación y la capacidad de trabajo necesarias. No poseo historias personales que contar y carezco del poder inventivo de los genios. Nunca seré Salinger. Nunca seré Kennedy Toole. Nunca seré Ray Loriga. Por eso, he decidido dejar de soñar. Negarme a escribir historias. Nunca relatar situaciones ficticias. Prometo, desde hoy mismo, ser un escritor frustrado. Prometo, para siempre, no escribir jamás.
PD: Pero fue ella, tan vulgar, tan trivial. Tan innecesaria, como imprescindible.
miércoles, 21 de mayo de 2008
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El hábito no hace al monje, ni las historias al escritor. El mejor poeta que haya existido en este mundo puede no haber escrito un solo verso en toda su vida.
ResponderEliminarAnónimo, no podría estar más de acuerdo. El mejor escritor es el que nunca pública y el mejor poeta es el que tiene sus versos en la cabeza. En su alma.
ResponderEliminarDJ, puedes llevar razón pero egoístamente discrepo. Qué sería del mundo si Salinger, Kennedy Toole, Ray Loriga... se hubieran guardado sus escritos. Qué sería de nosotros. ¿Sigues pensando que el mejor escritor es el que nunca publica?
ResponderEliminarSiempre lo pensé y lo sigo pensando. Me alegro de haber podido leer a Salinger, Kennedy Toole o Loriga, pero cada día me pregunto la de escritores que nunca han publicado nada ni lo harán. Seguro que ellos son impresionantes, pero nadie lo sabe. Por cierto, Salinger es muy parecido al respecto: publicó su gran novela (El Guardián entre el centeno, mi libro preferido) y luego publicó unos pocos relatos y decidió no publicar más hasta su muerte. Y, aunque sigue vivo, ya han pasado casi 50 años desde aquello.
ResponderEliminarEsos escritores y, en fin, los que publican, tienen, aparte de la suerte, el valor de dar la cara, de decir 'ahí tienen mi obra, júzguenla'. Y eso implica mucha valentía.
ResponderEliminarNadie ha dicho que no, edu. Por eso, les considero valientes, pero quizá el mejor escritor es el que nunca haya publicado nada. No son dos factores contrarios entre sí.
ResponderEliminarY quizá el mejor futbolista no esté en el Madrid, ni en el Manchester; ni el mejor pintor en el Prado; ni... Huelga decir que eso lo considero una obviedad,
ResponderEliminarEdu, desde el primer comentario de anónimo, nadie ha negado en ningún momento que fuera una obviedad. Sólo se han emitido opiniones, nada más. Yo me quedo con anónimo: "el mejor poeta que haya existido en este mundo puede no haber escrito un sólo verso en toda su vida". Y si me preguntas la razón, te diré que por la carga poética de la frase en sí y por la filosofía vital que me transmite esa frase. Todos somos escritores en sí. Todos somos poetas en sí. Cada uno somos lo que queremos ser para nosotros mismos. Y eso es la felicidad.
ResponderEliminarPobre felicidad, en mi caso al menos, te reitero si no hubiera sentido lo que me hizo sentir 'El guardián entre el centeno'. Yo tampoco niego ninguna obviedad, sólo comento mis opiniones.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, edu. Pero son dos conceptos de felicidad. Una es la felicidad que sientes al leer 'El Guardián entre el centeno'. Y otra es la felicidad personal, la subjetiva, la creativa. Son dos tipos de felicidad distintas. Lo que sí que es cierto es que al final hay que dar las gracias a todos esos valientes que nos hacen disfrutar con sus libros.
ResponderEliminarAhí quería llegar yo. Por muchos buenos escritores, seguro que mejores, que nunca me harán sentir lo mismo.
ResponderEliminarPero eso depende de muchas cosas, como del momento de tu vida cuando lees el libro, lo que te hace sentir... Por ejemplo, estoy seguro de que Miguel de Cervantes era un excelente escritor, pero a mí no me hace sentir lo mismo que Salinger, Easton Ellis, Mañas o Loriga, por citar alguno.
ResponderEliminarEnhorabuena. Al mencionar El Guardián... acabáis de meter este blog entre los que son espiados por el FBI, la CIA, la ANS, Los hombres de Paco y Los Ángeles de Charlie. Desde luego no se puede ser escritor con tan poca cautela ¿O sí?
ResponderEliminarEn lo que nos ocupa: escritor es el que escribe. Las ventas, la fama, los premios o el dinero son recompensas menores al inigualable placer de escribir por escribir, sin horario definido, espacio, estilos o tendencias, lenguaje, género, actos sociales, pelmas que piden autógrafos. Hacer de las aficiones una profesión es el camino más corto para acabar odiándolas, a no ser que la profesión 'surja' como resultado de un placer incontenible de crear en libertad y sea eso lo que dé lugar a una manera de ganarse la vida. Te doy tres consejos, joven soldado:
1.-No percibas límites. Todo, incluso la frustración, es provechoso para la escritura.
2.-No actúes por imitación, no endioses referentes: la rueda sólo la inventó uno pero la rueda de aleación ligera es más eficaz. Si te despojas de la presión de 'querer parecerte a', acabarás pareciéndote a ti.
3.-No vivas encorsetado en la opinión de los demás. Calificar está tirado. Crear es lo jodido.
Y un consejo final:
-Ninguna habilidad merece a un hombre derrotado por no disponer de ella. Alguien me dijo una vez: "si una tía te gusta y no te hace ni puto caso, imagínatela cagando".
Coronel, acaba de ganarme para siempre. Su comentario será mi nueva lectura de cabecera.
ResponderEliminarPues ya estás faltando a sus consejos: "No endioses referentes", aunque el comentario bien merezca la pena.
ResponderEliminarEdu, ¿por qué estoy faltando a sus consejos? No he endiosado ningún referente en mi artículo.
ResponderEliminarUsted sabrá si está endiosando o no...
ResponderEliminarNo lo sé...quizá endiose a personas cada minuto...A gente que me encuentro por la calle, a personas que imagino en mi cabeza...
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