(Foto: www.kulturaurbana.com)
No acompañó el público -no había ni la mitad del aforo- ni la duración -una más que escasa hora y diez minutos-, pero La Mala salió de Guadalajara con la dignidad de haber defendido en concierto una completa trayectoria discográfica. Quizá mucho tenga que ver en esa dignidad contar con el histórico Kultama -ex de VKR- como acompañante o, tal vez, la propia aura de estrella que acompaña a la jerezana. Pero seguro que la dignidad tiene mucho que ver con la intensidad ofrecida por La Mala, brutal dentro de la brevedad.
Empezó el concierto con Memoria del futuro y ya con su segunda canción, la clásica Tengo un trato de su primer disco, consiguió meterse a un entregado público -la ausencia de conciertos de hip-hop en Guadalajara ayuda mucho a que el aficionado quede contento con cualquier oferta- que esperaba a La Mala con impaciencia. Se produjo así una interesante conexión entre la intensidad y la brevedad, los dos factores más importantes del concierto de ayer. Con Te Convierto, de su último disco, inició una serie de remixes entre los que se encontraban sus grandes hits (Jugadores Jugadoras o La Niña, entre otras) y algunas de las canciones de su último largo (Enfermo, por ejemplo). Todo ello para llegar a un cénit representado por alguna de sus mejores composiciones: Toca Toca, la cantadísima por el público Por la Noche y Nanai, el primer single de su último disco. Un preludio de un breve -habrá que repetirlo- bis de quince minutos que concluyó con Yo marco el minuto, una de sus canciones más conocidas. Para cerrar, en definitiva, un concierto de quince canciones, que resultó intenso, pero que fue insuficiente para todos los que amamos a La Mala. Aunque digno. Algo es algo.
DJ, perdona el comentario si suena machista pero sin saber lo que canta esta Mala hubiese ido a verla si hubiese sabido cómo está de buena. Vengo de una escaramuza en un país africano y la visión de ciertas fotos me nubla el raciocinio.
ResponderEliminarDe escaramuza en un país africano? Coronel, los que servimos en Vietnam ya estamos retirados. No sé hoy debe ser el día en el que todo el mundo dice que La Mala esta buena, porque esta tarde ya me lo han dicho varias personas.
ResponderEliminarRepetir una verdad no la hace menos evidente. Su escote la convierte en un objetivo perseguible de oficio. Debería añadirla a mi lista de cinco canciones para un encierro. Ah, no, que era un entierro. Es igual. Dejaré instrucciones precisas para cuando una bala me abra el esternón: quiero que me entierren en ese escote.
ResponderEliminarGracias por darle la idea para la próxima lista: cinco canciones para un encierro. Su escote no es mal lugar para pasar la eternidad, tiene toda la razón.
ResponderEliminarPero ese escote es fruto de una operación a corazón abierto (o a pecho más bien), la cultura del hip-hop lo acepta? DJ retome el hilo, porque me veo escuchando de aquí a anda en el blog los grandes éxitos de Sabrina.
ResponderEliminarSi el hilo no ha cambiado. Estamos diciendo que nos encantan las raPERAS al Jerez.
ResponderEliminarEdu, desde el principio yo sólo he hablado de música, lo que pasa es que el coronel está muy necesitado desde que llegó del Vietnam. Qué sí la cultura del hip-hop lo acepta? El hip-hop en sí es una operación a corazón abierto. Deje al coronel que hable de este pecho, que siempre será mejor esto a que nos hable de los pechos palomos de su gimnasio.
ResponderEliminarPD: Sabrina?? Es de mi época... La década de los 80 terminó con ella...
Gracias por abrirme la escotilla, soldado DJ. La muchacha merece estos comentarios y lo sabes. El recluta Edu nos quiere amargar la fiesta con sospechas infundadas sobre la veracidad de sus pechos de belleza infinita. Atención, pechosssss. Firmes. Ya!
ResponderEliminarEl recluta Edu, coronel, nos quiere quitar nuestros sueños. Pero seguiremos soñando despiertos en ese escote.
ResponderEliminarLamento las sospechas infundadas, pero de el fary nadie decía lo guapo que era... Pero, mi coronel, respeto y secundo su gusto. Ahora, de la infumable acústica de la carpa tercemundista que nuestro querido Ayuntamiento habilitó para el concierto prefiero no hablar...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo recluta Edu. Como habrás comprobado, he omitido hablar del sonido del concierto del viernes. Ha sido un ejercicio de tranquilidad, por miedo a mi enervamiento con el Ayuntamiento capitalino.
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