(Foto: http://www.letras.com/)
Me sugiere Edu que hable de la I Semana de la Música de Guadalajara y yo le hago caso. Lo cierto es que la semana no ha terminado todavía -para este fin de semana quedan la Stereoparty, con, entre otros, Krakovia; y la Eclectia, con la actuación de Plastic D'Amour; que en su día fueron suspendidas por la lluvia-, pero el hecho de que yo haya estado en dos de los platos fuertes del programa -Quique González y La Mala- y que haya recibido abundante información del concierto más esperado -Pereza- me invitan a mojarme en este tema.
En primer lugar quiero felicitar al Ayuntamiento por traer este tipo de evento, pues es difícil encontrar en Guadalajara conciertos que se salgan de la línea más habitual organizados por entidades privadas. En tal caso, acordarse de la electrónica o del hip-hop para esta primera Semana de la Música ha sido todo un acierto, bajo mi parecer. Dicho esto, no todo lo que reluce es oro. Por partes:
1. Quitando el concierto de Quique González que, a pesar de lo que publicaron los medios de comunicación, tuvo una más que aceptable entrada -prácticamente lleno-, el resto de conciertos principales han fracasado. La Mala no llegó a reunir ni a medio millar de espectadores y Pereza, por mucho que se empeñe la organización, apenas contó con la presencia de dos millares de espectadores. En este apartado concedo la misma culpa al Ayuntamiento y al público alcarreño. Al Consistorio porque quizá es desorbitado el importe de la entrada -15 euros- en un concierto que apenas ofrece nada nuevo. La Mala tocó sólo una hora y diez minutos y Real D Kreto, sus teloneros, son muy buenos, pero les hemos podido ver otras muchas veces gratuitamente. En cuanto a Pereza, el robo es todavía mayor: por primera vez el Festival DOG -que aglutina a los mejores grupos de Guadalajara- costó dinero. 15 euros que, aunque fueran los Pereza los que pusieran el fin de fiesta, se me antojan como un robo a mano armada después de ver durante años gratuitamente el DOG con bandas cerrando la velada como Siniestro Total, Kiko Veneno o Burning.
Pero también tengo que echar la culpa al público que ha demostrado una vez más que Guadalajara no se merece tener conciertos, ni teatros, ni cines, ni ninguna oferta cultural. Una vez más -y van demasiadas-, los ciudadanos de Guadalajara hemos demostrado que sólo queremos cosas gratis y que sean cercanas a los circuitos más comerciales. No pretendemos culturizarnos, sólo queremos que nos lo den todo hecho y, repito, a poder ser gratis. Quizá, al final, el problema sea en tanto por ciento equitativo del citado Consistorio y de nosotros -público- mismos.
2. Definitivamente, la elección de los recintos no fue la correcta. Sí lo será en el caso del Stereoparty y del Eclectia -al aire libre en la Fuente de la Niña, que invita a conciertos de ese tipo- y quizá también lo fuera en el concierto de Quique González -al igual que la última vez que estuvo aquí (4-11-06) fue en el Buero Vallejo-, aunque yo sigo pensando que el madrileño tiene material de sobra para intentar hacer un show en otro escenario que invite más al bailoteo. Pero, seguro, no fue acertado en el caso de La Mala y Pereza, que actuaron en una carpa puesta para la ocasión en el nuevo Recinto Ferial. La verdad es que la mayor pega de la carpa situada en el nuevo Recinto Ferial era el sonido, tan lamentable que casi es mejor no hablar de ello. Malo, realmente malo.
Tal fracaso en la elección del nuevo Recinto Ferial me lleva irremediablemente a pensar en las próximas Ferias de la capital que por primera vez se celebrarán allí, al otro lado de la Nacional. Sé que el equipo de Gobierno no va a rectificar -no en vano, la mitad de su campaña se basó en decir que se iban a llevar las Ferias allí-, pero, como dice Edu, "allí no caben las Ferias". Yo estoy absolutamente de acuerdo con él. Con esa decisión consiguen alegrar a los vecinos del antiguo Ferial, mas van a cabrear a más: los de La Amistad y los de la Avenida de Castilla. Sin entrar a hablar de los peligros que conlleva miles de borrachos cruzando la Nacional, lo cierto es que son decisiones que, en realidad, sólo comprenden los políticos. Y, si no, me explico: ¿Por qué tras tener la mejor idea que se ha tenido en décadas en cuanto a las peñas en Ferias -aglutinarlas a todas en San Roque y la Fuente de la Niña- el mismo equipo de gobierno decide al año siguiente llevárselas al nuevo Recinto, aunque no haya sitio y los problemas sean mil veces mayores? Lo siento, por suerte no soy político. Intento usar mi pequeña capacidad de análisis y, sin embargo, no les puedo contestar.
PD: ¿Y la lluvia? Bendita oscuridad. Pasaría todo el día mirando hacia atrás.
Como se me cita en un par de ocasiones, no puedo más que dar la cara (o la letra). Coincido en la mayoría del artículo firmado por DJ, mas discrepo en algunos asuntos. El público alcarreño, señorito y fino, sí señor, sí dio la cara con las propuestas de la Plaza Mayor organizadas por el anterior equipo de Gobierno, como eso de traer Marlango o Jorge Drexler, por poner dos ejemplos. Y gratis, oiga, que eso también hace. También dio la cara, me acuerdo a bote pronto, del grandísimo espectáculo ofrecido en la plaza de Santo Domingo por una banda que tributaba a Queen. De nuevo gratis, y en un sitio céntrico. También dio la cara, como apunta DJ, en el concierto de Quique González o en muchos de los que trajo el Panorámico. De pago, todos ellos. Así que el meridiano fracaso de la I Semana de la Música deberán encontrarlo a quién le corresponda tal cometido. Huelga decir que el recinto, y hablo por experiencia propia, dejaba mucho que desear para la celebración de un concierto. DJ menciona la acústica, pero cabinas de servicios había únicamente 6! si se calculaba cuatro millares de espectadores para Pereza, me contará la organización dónde coño se mea, con perdón. Eso sin hablar del abusivo precio de las entradas, o de la bebida (así desde luego se combate el botellón, sí señor). Podría seguir, pero le dejo a DJ que me dé el relevo. Con todo, chapó por la iniciativa, pero hay que mejorar. Y mucho. Lo primero, contando la verdad y no intentando echar balones fuera. Que de eso sabe alguien bastante...
ResponderEliminarBueno, edu, te has quedado contento ya. Pobre concejal del rango. He de decirte que suscribo todo lo que dices (sonido, bebida -bueno, yo hice botellón al lado de la poli para que te voy a engañar-, aseos), pero no comparto del todo una cosa: lo siento, pero mi experiencia me dice que Guadalajara culturalmente no sabe salirse del patrón habitual. Tus ejemplos me valen, pero no del todo, ya que la mayoría llevan un componente gratuito en la actuación. En lo que sí coincido es en que eran mejores los gustos del anterior concejal, claro que otras cosas malas también tenía.
ResponderEliminarBueno, DJ, no lo discuto, pero también se puede tirar de hemeroteca: Antonio Vega, Ariel Rot, el propio González... han tenido una muy buena acogida. Como también la tuvo Estopa y Elton John, por cierto. Pero claro que nos queda mucho por aprender a todos.
ResponderEliminarPuyita con lo del Elton John, verdad?? No me sirve tanto Antonio Vega -por cierto, en Torija sí que no tuvo tanta aceptación- o Ariel Rot. Pertenecen a una época de la música en España que llenan hagan lo que hagan. Ahora te pongo otros ejemplos: cuánta gente ha estado en los dos conciertos de Elliott Murphy que has estado?? Y en el de La Pulquería en el Moderno?
ResponderEliminarEn el de La Pulquería lo desconozco. En el primero de Murphy media entrada (cierto que la concejalía regaló pases) y en el último LLENO hasta la bandera. Y sin publicidad ninguna, de hecho yo casi ni me entero de su regreso.
ResponderEliminarEn el de La Pulquería, alrededor de 10 personas (unos pocos meses en Madrid, donde yo estuve viéndolos, lleno a rebosar). En Elliott la primera vez medio (si no me equivoco en el Moderno, que es de menor capacidad) y en la segunda lleno. Menos mal. Moraleja: las crónicas de los periodistas funcionaron. Me alegro.
ResponderEliminarEl primero de Murphy fue en Buero Vallejo.
ResponderEliminarPues entonces tendrás razón, edu. Aunque quizá la lectura pueda ser a la inversa: en el recinto grande, la mitad; en el pequeño,lleno.
ResponderEliminarNo sé qué lectura se puede sacar, simplemente sé que el 4 de abril el Moderno se llenó con un concierto que apenas había tenido publicidad ni espacio en los medios. ¿Te recuerdo cómo me enteré yo?
ResponderEliminarNo sé, edu, supongo que llevarás razón; pero a mí siempre me queda la espinita de que el público de Guada es bastante reacio a según que propuestas.
ResponderEliminarEn el fondo a mi me da igual la afluencia o no de público.Lo q importa es q al menos haya distintos eventos donde podamos elegir todos.
ResponderEliminarNo generalicemos con Guadalajara culturalmente no sale del patrón habitual. Al menos debe existir esa oferta para ver si se sale o no.
Puede q haya conciertos minoritarios, pero lo q importa es q los haya. Y q la minoría los disfrutemos.
Perdón por la generalización. Nunca es bueno generalizar, pero no me sirven mucho los comentarios de vosotros dos -edu y bea- porque vosotros dos siempre habéis ido a esos conciertos minoritarios. Es una obviedad. Quitando eso, en el resto de la tesis estoy de acuerdo con lo que decís los dos.
ResponderEliminarHacer pagar a un alcarreño es como escupir a sotavento. Gratis todo. Los autobuses, los taxis, las misas de difuntos, los cacharricos de la feria, las morcillas de Molina, el deporte, la cultura, las meretrices de la miel. Todo gratis o que no hagan nada. Gratis. Todo gratis. Mejor aún: que me paguen por ir. Porque yo, al menos, soy un soldado de fortuna.
ResponderEliminarCoronel, nadie había descrito mejor al público alcarreño. Pero, lo siento, yo que soy soldado fracasado prefiero pagar si puedo ver espectáculos de calidad. Seré masoquista. Ahora bien: una cosas es pagar y otra es robar.
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