Querido Coronel Kilgore:
Usted me enseñó a surfear las olas, a caminar sobre las minas, a respirar entre el napalm. A contestar cuando hacía falta, a callar cuando la ocasión lo requería. A disparar bombas dialécticas, a ser feliz siendo un perdedor.
A recapacitar sobre mis errores. A contar hasta diez antes de abrir la boca. A ver el lado bueno de las cosas negativas. A saludar a las mujeres con una mirada que recorría su escote. A reír cuando quería llorar. A ser un hombre cuando era un niño de papá.
Usted, que nunca fue una figura de éxito. Que nunca se supo callar. Que nunca quiso renunciar a las misiones más complicadas. Que confió su amistad a aquellos que no la merecían. Que desafió las órdenes de los generales. Que fue un niño cuando tenía que ser un hombre.
Que me enseñó que los setenta fue una década sucia que superaba a los ochenta. Que James Bond perdió su originalidad cuando M se convirtió en mujer. Que ya no se lleva eso de follar a pelo. Que sólo tendría los enemigos que yo eligiera.
Sé que está en una misión larga y complicada. Pero confío en su vuelta. Porque todavía tiene mucho que enseñarme, coronel.
Firmado: Recluta Patoso.
PD: Del Recluta Patoso: "Que fue un niño cuando tenía que ser un hombre".
Habrá que recoger aquí firmas para exigir su vuelta a este blog, que se ha resentido de su marcha, aunque ahora el coronel tenga varios frentes abiertos que se lo impidan
ResponderEliminarQuerido Xavi, tengo contacto directo con el Coronel, y me ha prometido su vuelta cuando las dos guerras en las que está inmerso se lo permitan... Algún día te contaré la anécdota que me pasó hace un par de días con él...
ResponderEliminarOk, su futuro regreso es ya una gran noticia. Esperaremos la llegada del armisticio. Ya me contarás esa anécdota
ResponderEliminarTe la contaré, grumete...
ResponderEliminarSoldados:
ResponderEliminarUn coronel no puede permitirse el lujo de caer en sentimentalismos en medio de las cruentas batallas, aunque agradezco la salva de buenas influencias que se me presume. Las guerras tragan tiempo, tragan conciencias y tragan vidas enteras. El objetivo es regresar vivo al cuartel, y yo lo haré el día menos pensado, victorioso o derrotado, pero nunca perdedor y siempre riéndome del mundo.
Firmeeeeeeeees. Arrrr!!!!!!!
No es mala filosofía, Coronel...
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