Aniversario Necio

jueves, 5 de junio de 2008

La política del diálogo

A los niños les deberían poner V de Vendetta cuando empiezan la primaria para que aprendan a recelar de la tiranía. Para que conozcan la revolución y luchen para que nunca un gobierno democrático practique políticas restrictivas, basadas en la represión y la censura. Y tampoco los ayuntamientos, faltaría más.
Parece surrealista que en el siglo XXI sigan existiendo las dictaduras, del color ideológico que sea, pero el afán de poder es muy jugoso. Y más aún el poder generado por el orden establecido. Por el estado de la burocracia. No en vano, en la actualidad se práctican políticas restrictivas desde la Patagonia al Yucatán. Desde Groenlandia a la Antártida española. Desde Madrid a Guadalajara.
Hablo de mandar policías para intimidar, de aumentar la vigilancia para factores nimios o de prohibir el botellón. Y lo peor de todo no son los hechos, sino las actitudes, el mensaje. Un mensaje que se sustenta en la represión, en la violencia, en la limitación de las libertades. Todo bajo la complacencia de una ciudadanía víctima de su propia desaprensión política.
No me entiendan mal: yo soy claramente pro-botellón, aunque siempre con matices. Por ejemplo, estoy totalmente en contra de que los jóvenes utilicen el casco histórico de las ciudades para hacer sus botellones o de la suciedad a granel que generan con estas
-¿espontáneas?- manifestaciones de diversión. Pero no por ello defiendo la política restrictiva como única y salvadora solución. Es más: creo que es el único y definitivo fracaso. Y ejemplos hay para ilustrarlo: el menor de edad que entra a un bar o se toma una cerveza, el joven que se fuma un porro porque sus padres se lo prohiben o el otro que roba un CD en el Simago sólo porque es algo que está mal.
Por ello, defiendo una política de diálogo, de acuerdos, nunca de confrontación. Una solución que mejore la situación, acorde al sentido común, no beneficiosa para dios sabe que intereses político-empresariales. Me refiero a la construcción de un ‘Botellódromo’ –La Fuente de la Niña no sería una mala ubicación- o al acto de premiar a aquellos que beben en la calle, pero que limpian los restos de suciedad que generan. Siempre lo digo: no soy político y mis pensamientos suelen ser inviables, mas defiendo la revolución del diálogo. No las decisiones dictatoriales por el mero hecho de tener el poder. Eso me recuerda a sistemas políticos que no viví y que no quiero vivir.

PD: Vía que lleva a la mismísima perfección.

18 comentarios:

  1. Y cómo se inicia esa revolución del diálogo si ya estamos enfangados hasta las cejas? si la mierda nos sale por las orejas, y encima nos reíamos? Y hasta aplaudimos.

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  2. Edu, sólo puedo decirte una cosa: unete al happysmo, tiene un condicionante de revolución hippista que nos hará evolucionar. Y, sobre todo, no te calles, utiliza todos los vehículos que estén a tu alcance, incluso este blog.

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  3. Entonces, esta tarde, sin ir más lejos, cuál hubiera sido la revolución del diálogo? empiezo a cogerle el gusto a esto de ser happy...

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  4. Me pones un difícil ejemplo, Edu... Pero supongo que esta tarde la revolución del diálogo hubiera sido intervenir en la conversación, ponernos del lado del más débil, del que tenía la razón. Las consecuencias pueden ser desastrosas, nadie duda de que el happysmo tiene un halo eterno de perdedor; pero confío en que la voluntad de unos pocos se sumará hasta ser una globalidad, como en V de Vendetta. El orden establecido no puede durar eternamente, la humanidad no lo puede permitir. Ni África, ni Sudamérica. No. Nunca.

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  5. No puede durar eternamente... Hasta cuándo?

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  6. Torni (desde el trabajo)6 de junio de 2008, 4:41

    Al principio no sabía de donde venia este articulo, por lo tanto, leyendo los comentarios de Edu de las reuniones de por la tarde, he acudido a mi fuente de noticias habitual en internet y ya he visto la noticia.

    Pues que queréis que os diga, estaba claro. Cada vez más pienso que la política en nuestro pueblo sigue siendo conservadora y no orientada a los jóvenes. Sentado espero a los beneficios por parte del gobierno a este grupo, como descuentos en el transporte publico, los sorteos de vivienda (aquellos que dejamos en mano de la junta que tanto hace por Tole... perdón Guadalajara) y tantas otras ofertas de ocio que nos brindan.

    Pero bueno, seguiremos siendo un pueblo sin evolucionar, sin nada que destacar, sin mirar al futuro, sin incorporar nuevas ideas y "permitiendo la fuga de cerebros a la capital"

    - Chaludos -

    P.D.: Vivan las Hippies!! y sus perros!!

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  7. Buen comentario, Torni, pero yo sigo creyendo que esto no durará siempre. Vivan las perris!

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  8. Gran comentario de torni, sobre todo porque usa hasta en dos ocasiones la palabra "pueblo". Eso es lo que somos, torni, un pueblo anquilosado, conservador y del que se fugan todos los cerebros...

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  9. Edu, has visto por un casual la lamentable intervención del portavoz del equipo de gobierno en el pleno de hoy??? O lo que es lo mismo: del portavoz de este pueblo. Normal que los cerebros se vayan.

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  10. ... Ya desde casa.

    Creo que es de personas maduras también recapacitar, y observar que parte de la culpa la hemos tenido la gente que hacemos botellón.

    Se nos concedió la libertad de poder beber en la calle, pero nos tomamos el brazo entero. Haciendo manga ancha con todo.

    Desde que comencé a hacer botellones con mis amigos de toda la vida, siempre los llamare reuniones sociales, ya que nuestros consistían en una reunión para juntarnos todos y hablar de nuestras cosas. Será porque empezamos a hacerlos cuando nos separaron de clase.
    Pero hay que tener en cuenta, que hoy en día se nos ha ido de la mano. Cada fin de semana por la tarde cuando paso por algún parque, son pequeños en edad las personas que veo andar con bolsas con bebida y cada vez son más grandes la que lían.

    Quiero pensar que esto del botellón es como todo, hay personas veteras que saben que hubo tiempos difíciles y que beber por beber no lleva a ninguna parte; y jóvenes intrépidos que sólo buscan el punto para intentar comerse a la Choni de turno.

    Espero que sepan madurar y encontrar en el botellón una forma agradable de pasar el tiempo con los amigos (y no colegas)

    Y Boulanga hasta la muerte!

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  11. Torni, yo siempre consideré los botellones reuniones sociales, como tú, pero lo que no podemos permitir es que eso se acabe porque algunos lo malinterpreten mal -siempre, sin saber si la Choni está buena o no-. La discusión no es si se nos ha ido la mano o no, sino si la mejor solución es la política de acabar con las libertades. Yo creo que no, y más tras lo que he visto hoy en el pleno municipal. Arriba Boulangas!

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  12. Me quito de nuevo el sombrero con torni. Claro que realmente importa si se nos ha ido o no la mano, no hace falta más que pasar cualquier sábado por alguna plaza de la ciudad (pueblo, perdón). Y comprender, con toda la razón, la queja vecinal. Pero de ahí a prohibir reuniones sociales...

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  13. Pues eso, edu, es a lo que me refería: yo mismo en el artículo critico lo que pasa en sitios como la plaza General Prim, pero creo que eso no es razón suficiente para que el gobierno del pueblo se limite a hacer políticas restrictivas.

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  14. Según la RAE, tonto, imbécil...Si es que...

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  15. totalmente de acuerdo con torni. como en todas las practicas sociales, al ser llevadas a cabo por personas,como no puede ser de otra forma, conlleva implícamente que haya gente respetuosa y descerebrados. como hay en todos lados. Las consecuencias del alcohol (hablo de desinhibirse, no de cuestiones médicas) no son malas, lo malo son los descerebrados que beben. los coches no son malos, lo son los insensatos...y así con todo. En la medida y la mesura está la clave.

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  16. Espectacular, Álvaro, que sea tú el que hables de mesura...jajaja...Es broma

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