Fuiste tú. Yo, no.

Aquel suspenso en mates. La brisa del mar en Oropesa. Una paloma muerta. Los recortes de Senna. Alguna cinta VHS con películas de Kubrick. La camiseta de Robe. Un mechero de la suerte. Su bicicleta BH. El sapo en la piscina. Tres esguinces de corazón y una rotura de ligamentos.

El diario prohibido. Teleseries de sobremesas. Un cogido en Oliva. Otras diez chicas mayores a las que mirar. La pestaña en mi mano. Cinco anginas mal curadas. Cuentos a media mañana. Bocadillos de salchichas estivales. Tu mirada. Tu ambición. Una etapa en los Alpes. Dibujos en cuardenos quemados.

Sus amigos de Alcalá. El mono de Benidorm. Tu viejo SEAT azul. Regresos nocturnos de verbenas olvidadas. Aquel vaso de absenta mezclado con Baudelaire. El señor de las cervezas. Todoterrenos en pleno campo. El chico que nunca te pidió perdón.

Fuiste tú. Yo, no. Un roce en tu comisura. Un señuelo en tu cabeza. Un instante en la eternidad. Un riff en tu soneto. Una ilusión real. Una noche en tu telescopio. Un baile sobre la tumba. Un chiste hasta el amanecer. Siete historias de fantasmas. Dos cigarros a escondidas. Veinte sesiones de espiritismo. Cinco cerillas robadas de la sacristía. Trece sueños y ninguno se cumplió. Ninguno de los trece.

Fuiste tú. Yo, no.

Kip.

PD: Cuando quiso mendigar la verdad.