- Todo no puede ser perfecto.
Ella era increíble. Lo peor es que él lo sabía desde antes de conocerla. Y sentía miedo. Porque no todo puede ser perfecto y el miedo es la mejor forma conocida para deshabilitar tus funciones motrices.
Llevaba las circunstancias con calma. Con la serenidad de alguien que te podía decir “te odio” mientras dibujaba una sonrisa angelical. Acurrucada en la cama, desnuda, con esa piel suave por la que han matado generaciones de guerreros sin cabeza. Por la que matarían futuras generaciones de guerreros sin cabeza.
La voz del señor Thom Yorke recordándome aquellos jodidos versos de “your skin makes me cry” y “you’re so fuckin´special”. Yo intentando recordar en un papel todo lo que ocurrió mientras suena en mis cascos cualquier canción de esos nuevos punkies de playas y monopatines. Si ni siquiera me acuerdo de si me fumé un cigarrillo hace dos minutos y sólo quiero que suenen los Ramones.
Soy disléxico. Un puto disléxico del amor. Busco entre miles de canciones aquella de ‘She’s a sensation” y me recuerdo simulando las olas del mar con las manos. Moviéndome como mi padre, totalmente descompasado con la música. Y girando la cabeza mientras mi cara se transforma en un gesto idiota.
Soy gilipollas. Un puto gilipollas de la vida que cree que podrá transmitir en un papel toda la felicidad que esconden sus entrañas. Un puto gilipollas que cree que podrá hacer feliz a todo el que se ponga a su alrededor.
Soy feliz. Más de lo que hubiera imaginado serlo nunca.
Gracias.
No encuentro la canción de los Ramones. Me conformaré con escuchar ‘I believe in miracles’.
Sí, creo en ellos. Como que el destino lo marcas tú mismo. El mío es ser feliz.
Kip.
PD: La foto: Es lo que veo si miro por mi ventana...
PD2: De Kip: “El mío es ser feliz”.
Ella era increíble. Lo peor es que él lo sabía desde antes de conocerla. Y sentía miedo. Porque no todo puede ser perfecto y el miedo es la mejor forma conocida para deshabilitar tus funciones motrices.
Llevaba las circunstancias con calma. Con la serenidad de alguien que te podía decir “te odio” mientras dibujaba una sonrisa angelical. Acurrucada en la cama, desnuda, con esa piel suave por la que han matado generaciones de guerreros sin cabeza. Por la que matarían futuras generaciones de guerreros sin cabeza.
La voz del señor Thom Yorke recordándome aquellos jodidos versos de “your skin makes me cry” y “you’re so fuckin´special”. Yo intentando recordar en un papel todo lo que ocurrió mientras suena en mis cascos cualquier canción de esos nuevos punkies de playas y monopatines. Si ni siquiera me acuerdo de si me fumé un cigarrillo hace dos minutos y sólo quiero que suenen los Ramones.
Soy disléxico. Un puto disléxico del amor. Busco entre miles de canciones aquella de ‘She’s a sensation” y me recuerdo simulando las olas del mar con las manos. Moviéndome como mi padre, totalmente descompasado con la música. Y girando la cabeza mientras mi cara se transforma en un gesto idiota.
Soy gilipollas. Un puto gilipollas de la vida que cree que podrá transmitir en un papel toda la felicidad que esconden sus entrañas. Un puto gilipollas que cree que podrá hacer feliz a todo el que se ponga a su alrededor.
Soy feliz. Más de lo que hubiera imaginado serlo nunca.
Gracias.
No encuentro la canción de los Ramones. Me conformaré con escuchar ‘I believe in miracles’.
Sí, creo en ellos. Como que el destino lo marcas tú mismo. El mío es ser feliz.
Kip.
PD: La foto: Es lo que veo si miro por mi ventana...
PD2: De Kip: “El mío es ser feliz”.
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