Derrumbado

(Foto: J. R. Soriano)

Sori (gracias) me envía un mail con un artículo que ha escrito. Es sencillamente maravilloso. Yo sólo puedo darle las gracias, de nuevo, y dejarlo para que lo disfrutéis:

Derrumbado.

Cuando sientes que todo se viene a bajo y no sabes el por qué, cuando ves que tu tren se va, cuando sientes que algo dentro de ti agoniza y al final muere, en la lejanía se enciende una luz débil, suave y sin nada de intensidad, tan pequeña que no se ve, la sombra prevalece, el camino se hace más pesado y al final la luz se apaga.

No hace mucho más de un mes mi vida estaba bastante colocada y por causas que después de este tiempo transcurrido aún no he entendido, me sigo planteando muchos por qués, las verdaderas razones y motivos por los cuales hubo tantos despidos, y sobre todo a mi corto entender, que los verdaderos culpables no han sido destapados.

Con lo que me ha costado encontrar algo dentro de mí que realmente me llenara y me hiciera sentirme realizado, en definitiva a encontrar mi camino. Lo peor de todo es que me ha tocado tan dentro que aún no lo he asimilado y me ha hecho tanto daño, que es cómo si me hubieran quitado una parte de mí. Hecho tanto de menos mi trabajo, os hecho tanto de menos a todos… A todos los que me habéis apoyado, compartido y criticado mi trabajo, a todos los que me habéis dado vuestra amistad, vuestro cariño y habéis aguantado mis peores días, esos ratos de debate en el café matutino, el tiempo que hemos compartido y sobre todo lo que he aprendido de vosotros ( sabéis quienes sois).

En este tiempo cuando las cosas no salen como uno quiere, el móvil deja de sonar, los amigos desaparecen, te dejan de pedir favores, incluso hay gente que te mira mal por estar en la situación en la que te han obligado a estar. Me siento verdaderamente vacío, solo, cuanto más rodeado de gente estoy más solo me siento.

Os quiero dedicar estas palabras vagas y mal escritas para agradeceros a los chicos de la cueva lo que he aprendido de vosotros; la pasión, dedicación, esfuerzo y sobre todo el compañerismo que demostrabais edición tras edición, nunca lo olvidaré. El mejor símil para explicaos como me siento es como si a un pájaro joven y con ganas de volar, le hubieran cortado las alas.

Impotente, triste, derrumbado, desolado y sobre todo solo, vacío, hueco sin nada dentro de mí. Os hecho de menos.

Cada vez que os recuerdo un nudo presiona mi estomago, las pupilas se empañan y algo se encoje dentro, la nuez presiona mi garganta y las manos me empiezan a sudar. Unas gotas de agua descienden de mis ojos, la emoción no me deja pensar. Mi corazón jamás cerrará la huella tan profunda que tallasteis sobre él.

Sori.

PD: De Sori: "La emoción no me deja pensar".