¿Ha nacido una estrella?

Julián me envía la crontracrónica a mi crónica del concierto de ayer. Gracias, Juli. Esta entrada también iba con un vídeo del concierto de ayer, pero, definitivamente, la informática no me lo permite. Os dejo otro vídeo del concierto de Russian Red para Radio 3.

¿Ha nacido una estrella?

Ayer, por primera vez, accedí a presenciar un concierto cuyos temas no había escuchado previamente. Confieso que antes de entrar al Teatro Moderno no sabía quien era Russian Red, ni Lourdes Hernández. Ya ves. La ignorancia es la conciencia de los necios; así que en cuanto llegué a casa me apliqué a rastrear por internet todo lo que tuviera que ver con el momento musical que acababa de vivir. Resumiendo: chica con veintidós años, madrileña, toca la guitarra desde los dieciséis, mirada tierna, aire frágil, adora la música desde pequeña, compone una maqueta junto a músico que ahora es su expareja, graba un disco los fines de semana mientras sigue estudiando traducción e interpretación y deja embobado a todo aquel que le escucha con su voz en directo. El disco es de lo poco bueno que hay en un año como éste, la crítica se rinde a sus pies, ella salta a un estrellato que asegura no haber deseado y por eso no le inquieta en absoluto. Bravo.

Tres canciones, tres, me bastaron para rendirme ante la evidencia. No sé ni cuales eran, pero me sedujeron de inmediato. Lourdes tiene una de las voces más melódicas y dóciles que haya escuchado nunca; auna la expresividad de Alanis Morissette y la fuerza de Björk con una personalidad propia directa y sincera. Hasta aquí bien. Sin embargo el concierto de ayer no fue ni mucho menos perfecto y era algo que flotaba en el ambiente, creando sentimientos encontrados entre los que allí estábamos. Desde luego la falta de un músico en la banda no facilitó las cosas; tampoco el escaso entendimiento entre el que quedaba y la propia Lourdes ayudó en la actuación. Las mezclas en la mesa de sonido que trataban por igual la delicadeza de las voces con la fanfarria de uqueleles y teclados no fueron un acierto.

La inexperiencia dicto sentencia en un concierto con más sentimiento que música y más talento que tablas. Las pruebas mas evidentes fueron los momentos en los que la solista quedaba únicamente acompañada por los arpegios de su guitarra en canciones cómo "Cigarettes", que cautivaron a cada persona del público cómo si Lourdes estuviera cantando sólo para uno. No tengo ni idea de música, pero algo sé de comunicación y creo que esa es la mayor virtud que tiene Russian Red sobre un escenario. Cualquiera sabe que la grandeza de un músico se demuestra en su directo; Lourdes Hernández es buena, pero todavía tiene que crecer. Lo más difícil e innato es llegar al público, algo que demostró muy bien en el concierto de ayer; para pulir su técnica y su música le quedan muchos discos y una larga trayectoria por delante que, creo que todos, esperamos oír y sentir.

Julián.

PD: De Julián: "La ignorancia es la conciencia de los necios".